He visto en la red algunas reacciones sobre lo que sucedió en la tercera ronda del Doral en el hoyo 13. Sergio falló un putt corto, de 4 pies, que iba a suponer el único bogey della ronda. Reaccionó con un poco de rabia, escupiendo hacia el hoyo, lo que quedó grabado en la cámaras que seguían el juego. Este es el hecho, y los comentarios que he visto me han parecido exagerados.
Está claro que no es un buen gesto, y que Sergio no debía haber expresado de ese modo su mal humor. Estoy convencido que él es el primero que lamenta lo ocurrido, y que le costará además una multa. Pero tampoco hay que dar a la cosa tanta importancia.
Hay que entender, en primer lugar, su reacción. En las dos vueltas anteriores había hecho bogey en ese hoyo. En la tercera vuelta había llegado bien al green. El primer putt se le fue un poco largo, y cuando quiso rematar con el segundo no le entró. La reacción, por tanto, se explica: "este maldito hoyo, me ha costado ya tres bogeys" (después, el domingo, hizo el par gracias a un golpe bueno desde fuera del green). Es sólo eso. No es que Sergio se dedique en general a escupir al hoyo después de fallar cada golpe. No es un buen gesto, pero no hay que exagerar.
¿O es que los "criticones" saben siempre dominar sus impulsos? Pues, como dice el evangelio, "el que esté sin pecado que tire la primera piedra". Lo demás me parece hipocresía.
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