Empezamos el domingo con bastante ilusión porque Sergio estaba sólo a tres golpes. Bruno decía, y creo que con razón, que quizá el campo no estaba para un 62 (el 8 bajo par que yo había pronosticado ayer: madre mía que patinazo me he pagado...), sino para un 64 o 65. Con un 64 Sergio habría ganado, pienso yo, (o al menos habria ido al playoff). Pero salió todo mal.
Enseguida se vió que Sergio estaba en la misma línea del dia anterior: no conseguía birdar la parte más fácil del campo (este ha sido su talón de Aquiles en Mallorca). En el hoyo 6 nos animó con un birdie, que lo mantenía a tres golpes del primero, pero enseguida dos bogeys ya mostraron que la cosa no iba a ir bien. Sergio se recuperó, sin embargo al inicio del back nine con dos birdies, pero el hoyo 12 (que cantidad de víctimas que se ha cobrado en 4 días el "angelito") lo dejó con un doble bogey y sin esperanzas. A partir de ahí no hubo más golf, sino sólo caída libre por la clasificación.
La cosa más sorpendente es la tarjeta de Sergio. Los dos primeros días, cogiendo sólo la mitad de las calles consiguió 6 bajo par. El fin de semana cogiendo bastantes más calles hizo un 3 sobre par. Pero el domingo cada vez que perdió calle no pudo salvar el par. ¿Cómo se entrena eso? !Buh!
De cara a Valderrama hay dos cosas que hacer: retomar el putt (=viejo amigo) y entrenar el segundo golpe desde situaciones complicadas. De todos modos no veo a Sergio tan competitivo como en el final americano, y en cierto modo lo entiendo: es natural que uno tiende a relajarse.
Yo lo plantearía así: Mallorca era un entrenamiento para Valderrama. No se ganó el Mallorca para que nadie diga que Sergio sólo gana cuando no están presentes los mejores jugadores del circuito. Seguramente eso ha sido la causa de todo y nos vamos a comer Valderrama.
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