Sergio pagó ayer el precio del riesgo. Jugaba su 9 hoyo en la segunda vuelta (el 18 del campo) cuando su bola de salida se fue al rough. Sergio vió la posibilidad de acabar igualmente en el green pasando por encima de una fila de árboles. Golpe y... !zas!... la bola que golpea en uno de los árboles y se pierde. Cinco minutos de búsqueda y de la bola ni rastro. Total: dos golpes de penalidad y vuelta al rough a probar de nuevo. Esta vez sí: la bola deja atrás los árboles, el green, el camino de cemento lateral y va a parar cerca de una villa. No hay víctimas. Desde allí septimo golpe y al green. Un par de putts completan la faena para el cuádruple bogey.
Con ese sabor tan especial que te deja un +4 conseguido así, en un abrir y cerrar de ojos, era predecible que el resto de la tarjeta no iba a pasar a la historia del golf.
Venga Sergio, a subir esa moral, que este torneo se puede acabar todavía entre los 10 primeros. Antes o después también a los demás les cogerán los árboles...
2 comentarios:
El caso es que empezo bien la jornada, con un birdie en el 10, pero luego se derrumbó, bah, no pasa nada.
Yo deseo como el que más que remonte en el PGA pero el golpe del Open Británico está muy reciente y quizás sea en Augusta donde haya más posibilidades.
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